10.10.07

Usher II (y más cositas) para Auggie

"¿-El nombre de Usher no le dice nada?
-Nada.
-¿Y el nombre de Edgar Allan Poe?
El señor Bigelow sacudió la cabeza.
-Por supuesto -gruñó delicadamente el señor Stendahl, con desaliento y desprecio a la vez-. ¿Cómo pude pensar que usted conoce al bendito señor Poe? Murió hace mucho tiempo, antes que Lincoln. Quemaron todos sus libros en la Gran Hoguera. Hace ya treinta años... en 1975.
-Ah -dijo juiciosamente el señor Bigelow-. ¡Uno de aquellos!
-Sí, señor Bigelow, uno de aquellos. Allí ardieron Poe y Lovecraft y Hawthorne y Ambrose Bierce, y todos los cuentos terroríficos y fantásticos, y con ellos los cuentos del futuro. Implacablemente. Se dictó una ley. Oh, no era casi nada al principio. Un grano de arena en 1950 y 1960. Primero censuraron las revistas de historietas, las novelas policiales , y naturalmente las películas, siempre en nombre de algo distinto: la política, la religión, los intereses profesionales. Siempre había una minoría temerosa de algo, y una gran mayoría temerosa de la oscuridad, del futuro, del presente, temerosa de sí misma y de su propia sombra.
-Ya.
-Temerosa de la palabra "política", que entre los más reaccionarios acabó por ser sinónimo de "comunismo", de tal modo que emplear esa palabra podía costarle a uno la vida. Y apretando un tornillo aquí y una tuerca allá, presionando, sacudiendo, tironeando, muy pronto convirtieron el arte y la literatura en una pasta de caramelo, retorcida y aplastada, sin consistencia y sin sabor. Poco después las cámaras cinematográficas se detuvieron, los teatros quedaron a oscuras, y de las imprentas que antes inundaban el mundo con libros, revistas y periódicos, brotó una materia inofensiva e insípida, como de un cuentagotas. ¡Oh, hasta el "entretenimiento" era extremista, se lo aseguro!"

Ray Bradbury en Usher II (Crónicas Marcianas).

Menos mal que algunos se libran de la hoguera... De hecho, un algo envejecido ejemplar de Crónicas Marcianas, junto a un tochazo de Robert Graves (que incluye Yo, Claudo y Claudio, el dios y su esposa Mesalina), una novela histórica de Howard Fast, Los Inmigrantes, y una novela llamada Generaciones, de Cristóbal Zaragoza acaban de salvarse, al menos por ahora, y en breves instantes retozarán tranquilamente junto al resto de libros encontrados en la basura, en ese oasis que es el Malkavian. Y es que el proyecto de Auggie, esa minibiblioteca disfuncional que estamos montando, está en plena forma. Y cada vez más guapetón.


3 comentarios:

saricchiella dijo...

:O!

¡Justo descubrí "Crónicas Marcianas" en esa misma edición! Esta misma mañana, mi distópica amiga Estrella y yo hemos hablado de este libro -y pensar que tardé tantísimo en leerlo... no tengo perdón- y hemos llegado a la conclusión de que es más corto nombrar las historias que no nos han terminado de gustar que las que nos han fascinado.

Me alegro de que estés de vuelta! :D Al menos quiero un brindis sitgesiano a mi salud... porfis...

Saludos! :)

pd.- Lecturas actuales.- ella, con "1984", yo acabo de terminar "Un mundo feliz". Sospechamos seriamente que el nuevo técnico es un infiltrado del Poder Supremo Que Todo Lo Ve, y que nos ha puesto cámaras en el despacho; y no deja de ser escalofriante que algunos días vengamos, inconscientemente, vestidas a juego.

Juanma Sincriterio dijo...

Es que "Crónicas..." tiene unos relatos que... Yo no es que sea muy de Bradbury, pero éste es imprescindible.

¡Y cuenta con ese brindis, claro que sí! Ya me he puesto en contacto con cierto crack bloguero que se acercará desde la capital y con cierto melenudo al que conocí en el saló del cómic, así que no creo que haya problemas para conseguir brindar por Saricchiella... ¿No te vas a acercar? Pensaba que vendrías...

P.d. Normal, yo desconfío por sistema de cualquier nuevo técnico que se me ponga por delante. Esa gente no es de fiar, hazme caso...

BUDOKAN dijo...

Cronicas es un libro que me gusta mucho. Creo que Bradbury es uno de los grandes narradores de nuestro tiempo. Gracias por esta recomendación. Saludos!