9.3.06

Nostalgia: Red Hot Chili Peppers

He leído por ahí que la venta de entradas para los próximos conciertos de los Red Hot Chili Peppers en España marchan a ritmo de récord. Dicen que se han vendido 9000 tiquets en 5 horas. Pues bien, leer ésto me ha hecho recordar mi primera (y única) "experiencia chilipeppers", hace ya algunos años, en su primera visita a Barcelona.
Era la gira del disco "One Hot Minute", y parecía que el grupo había superado con éxito un periodo especialmente turbulento, con muchas drogas de por medio y el abandono del colgadisimo guitarrista Jon Frusciante en mitad de su anterior gira, incapaz de digerir el gigantesco éxito cosechado por "Blood Sugar Sex Magic".
Tras cuatro años de silencio, y con el flamante fichaje de Dave Navarro para suplir al citado Frusciante, el sol brillaba de nuevo para los chilis, y lo celebraron con una gran gira que fue a terminar en Barcelona. Una de mis bandas preferidas, nuevo disco, nuevo (y gran) guitarrista, gira la resurreccion y fin de fiesta cerquita de mi casa: La noche lo tenía todo para ser histórica, así que allí me planté dispuesto a disfrutar de un supershow. Además, venían acompañados por unos teloneros de lujo, los Flamin' lips (a los que no llegué a tiempo de ver. Años después les vi en Benicassim y estuvieron espectaculares) y Moby en su época "bacala" (que fue un coñazo). Tras la cutre-rave que organizó éste último los chilis salieron al escenario y comenzaron a saco: Suck my kiss y Give it away del tirón, un derroche de energía brutal nada más empezar, Navarro luciéndose, Kiedis desgañitándose, Flea enloquecido... Y el público alucinando. Y despues...
Después bajaron el pistón de una manera completamente sorpresiva. Y siguieron bajándolo más y más. Durante 30 o 40 minutos el grupo que presumía de ser de los más intensos del mundo en directo se convirtieron en estatuas, tocando como si miraran hacia otra parte, convirtiendo algo especial en algo rutinario. Fue corto pero pareció largo, y eso no es nada bueno. Me sentí estafado, y esa sensación quedó confirmada en los 5 últimos minutos, cuando se marcaron una versión totalmente apoteósica del "Sufragette city" de Bowie, con Flea y Moby corriendo desnudos,una de las coristas (se dijo que era hermana del entonces recientemente fallecido River Phoenix) enseñando las tetas y con todo el mundo muy activo. Resumiendo, 10 minutos de tormenta y 55 de calma. Y eso, cuando vas dispuesto a presenciar un huracán es muy poco. Aquella noche los chilis tenían la mente puesta en el momento de terminar el concierto, y no en dar un buen show. O, para ser justo, eso fue lo que me pareció a mi, porque al salir solo se escuchaban comentarios elogiosos hacia ellos. Igual esperaba demasiado, no sé. Solo sé que aquella noche comenzó el final de mi interés por los ellos. Sigo creyendo que "Mother's milk" y Blood Sugar Sex Magic" son discos imprescindibles, pero, de los muchos mitos que se me han caído, pero éste grupo tiene el honor de ser el único que lo ha conseguido gracias a un concierto, porque la desidia es lo único que no puede perdonarse a quien presume de entrega. Y más cuando demuestran, como al principio y al final, que son capaces de hacerlo muchísimo mejor y no lo hacen simplemente porque no les da la gana.
En fin, espero que éstos próximos conciertos vayan mejor que el que viví yo. Frusciante volvió al grupo y Navarro se fue por donde vino al acabar aquella gira, y han grabado dos o tres discos desde entonces, que han funcionado bien, pero para mi ya no es lo mismo. Para mi, las guindillas picantes se han convertido en un grupo convencional, normal y corriente.
Y es una pena, porque mira que eran buenos, los jodíos.

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