No nos engañemos: Nadie se tomaba en serio a los Beastie boys cuando comenzaron. Tenían toda la pinta de ser una más de esas bandas con un solo éxito en su carrera cuando vendieron varios millones de copias de aquel gamberro "Lisenced to ill". ¿Tres chicos blancos rapeando? ¿Una década antes del advenimiento del desastroso Eminem? Aquello tenía toda la pinta de ser una broma, con aquellos samplers de guitarrazos de Black Sabbath (rhyming and stealing), aquellas voces chillonas y aquellos temas garrulos y fiesteros... Vamos, hasta Public enemy les enmendaron la plana remezclando su "Fight for your right (to party)" para convertirlo en "Party for your right to fight". Tengamos en cuenta que hablamos de la primera mitad de los 80, el hip hop apenas era considerado música, tan solo Run DMC habían conseguido cierto éxito de ventas. Por supuesto, SOLO había raperos negros. Y el uso de guitarras estaba aún bastante mal visto. Además, si investigabas un poco veías que lo único que habían hecho antes eran unas cuantas canciones hardcore bastante horrorosas.
Aquel primer disco fue un pelotazo, ya digo, una colección de temazos berreables en medio de una borrachera. En algunos momentos se intuía una intención de saltarse reglas, con algún sampler salsero, sin olvidar el solo que se marca Kerry King (slayer) en No sleep till Brooklyn. Una broma, pero una broma pionera en fusionar rock duro y rap. Y un temazo antológico, pura fiesta y cachondeo, puro Beastie.
Pero de repente sale su segundo disco a la venta y nadie entiende nada. El cachondeo sigue ahí, el garrulismo ha descendido y la variedad del sonido se ha multiplicado. Ya no parecen una banda de payasetes, sino unos tipos que hacen cosas muy raras. "Paul's boutique" quiere ser, ellos lo han dicho alguna vez, seguramente cachondeándose del entrevistador de turno, su disco "Sgt. Peppers", un disco hecho sin complejos y completamente libre. Uno de los mejores, sino el mejor, de los suyos. Ya con instrumentos reales, ya sin tanto sampler, es un explosión de creatividad, furiosamente funky por momentos,calidamente soul en otras ocasiones, y sin olvidarse de pegar algún guitarrazo de vez en cuando. Con algún tema instrumental, incluso. Repito: Raperos haciendo temas instrumentales a finales de los 80. Vendió mucho menos que su debut, pero demostró que aquello era algo más que una broma. El nivel de los clips, por cierto, también subió bastante. Este mítico "Hey ladies" es perfecto para ilustrar el ánimo fusionador de los Beasties. Está Fiebre del sábado noche, pero también hay mariachis, James Brown, karatekas y momentos "raretes". Otra vez, puro Beastie.
"Check your head" es otro giro, y la confirmación de que los beasties van por libre. Esta vez toca incorporar ambientes jazzeros, y hacerlo sin que parezca ni una estafa ni una empanada. Sin olvidarse de todo lo que habían aprendido anteriormente, claro, sino sumando elementos. Es su disco más "orgánico" hasta ese momento, la costumbre de colar varios temas instrumentales se consolida. Fichan al percusionista Eric Bobo, para dar un toque latino a su música, y recuerdan sus inicios con un par de temas de puro hardcore-punk. Obra de una banda que no para de crecer y asimilar influencias lo más dispares posibles.
Y con "Ill comunication" todo estalla. Todo lo que apuntaban hasta entonces tomó aquí forma definitiva, todo encajó como si fuese lo más normal del mundo. A un primer tema semijazzero le seguía un cañonazo hardcore dedicado a Bill Laimbeer, uno de los jugadores de baloncesto más sucios, marrulleros y buscabroncas que ha existido, luego instrumentales protagonizados por Eric Bobo tomaban el relevo, más tarde se ponían funkies, o creaban un supermegahimno generacional... Todo lo que habían hecho hasta ese momento, pero corregido y aumentado a niveles estratosféricos. Llegados a este punto, hablar de ellos como raperos era quedarse muuuuy cortos.
Este disco situó definitivamente a los beasties más allá del bien y del mal, y además instauró una nueva costumbre para la banda: Que cada uno de sus nuevos clips entrara automáticamente entre los mejores de la historia.
Aquel primer disco fue un pelotazo, ya digo, una colección de temazos berreables en medio de una borrachera. En algunos momentos se intuía una intención de saltarse reglas, con algún sampler salsero, sin olvidar el solo que se marca Kerry King (slayer) en No sleep till Brooklyn. Una broma, pero una broma pionera en fusionar rock duro y rap. Y un temazo antológico, pura fiesta y cachondeo, puro Beastie.
Pero de repente sale su segundo disco a la venta y nadie entiende nada. El cachondeo sigue ahí, el garrulismo ha descendido y la variedad del sonido se ha multiplicado. Ya no parecen una banda de payasetes, sino unos tipos que hacen cosas muy raras. "Paul's boutique" quiere ser, ellos lo han dicho alguna vez, seguramente cachondeándose del entrevistador de turno, su disco "Sgt. Peppers", un disco hecho sin complejos y completamente libre. Uno de los mejores, sino el mejor, de los suyos. Ya con instrumentos reales, ya sin tanto sampler, es un explosión de creatividad, furiosamente funky por momentos,calidamente soul en otras ocasiones, y sin olvidarse de pegar algún guitarrazo de vez en cuando. Con algún tema instrumental, incluso. Repito: Raperos haciendo temas instrumentales a finales de los 80. Vendió mucho menos que su debut, pero demostró que aquello era algo más que una broma. El nivel de los clips, por cierto, también subió bastante. Este mítico "Hey ladies" es perfecto para ilustrar el ánimo fusionador de los Beasties. Está Fiebre del sábado noche, pero también hay mariachis, James Brown, karatekas y momentos "raretes". Otra vez, puro Beastie.
"Check your head" es otro giro, y la confirmación de que los beasties van por libre. Esta vez toca incorporar ambientes jazzeros, y hacerlo sin que parezca ni una estafa ni una empanada. Sin olvidarse de todo lo que habían aprendido anteriormente, claro, sino sumando elementos. Es su disco más "orgánico" hasta ese momento, la costumbre de colar varios temas instrumentales se consolida. Fichan al percusionista Eric Bobo, para dar un toque latino a su música, y recuerdan sus inicios con un par de temas de puro hardcore-punk. Obra de una banda que no para de crecer y asimilar influencias lo más dispares posibles.
Y con "Ill comunication" todo estalla. Todo lo que apuntaban hasta entonces tomó aquí forma definitiva, todo encajó como si fuese lo más normal del mundo. A un primer tema semijazzero le seguía un cañonazo hardcore dedicado a Bill Laimbeer, uno de los jugadores de baloncesto más sucios, marrulleros y buscabroncas que ha existido, luego instrumentales protagonizados por Eric Bobo tomaban el relevo, más tarde se ponían funkies, o creaban un supermegahimno generacional... Todo lo que habían hecho hasta ese momento, pero corregido y aumentado a niveles estratosféricos. Llegados a este punto, hablar de ellos como raperos era quedarse muuuuy cortos.
Este disco situó definitivamente a los beasties más allá del bien y del mal, y además instauró una nueva costumbre para la banda: Que cada uno de sus nuevos clips entrara automáticamente entre los mejores de la historia.
(Joe, que largo está quedando esto. Si eso mañana continúo)
2 comentarios:
Qué buena banda y qué bien lo hacían allá por los '90. Hoy en día están un poco venidos a menos. Saludos!
¡Bienvenido al rinconcito, Budokan!
Sí, una gran banda. En lo de que están de capa caída no estoy muy de acuerdo, ya hablaremos cuando acabe el repaso discográfico de los beasties...
Saludos!
Publicar un comentario