Hay libros que quiero leer y no sé si finalmente podré. Y el que me tiene ahora loco de ganas no es un libro de ficción, sino una biografia. La biografía de Alice Sheldon, James Tiptree Jr.: the double life of Alice B. Sheldon, de Julie Phillips. ¿Y por qué le tengo tantas ganas? Bueno, aparte de ser una de mis escritoras favoritas de cf de todos los tiempos, lo poco que sé de su vida me tiene fascinado. Debía ser todo un caracter.
Nació en 1915, y con apenas 19 años se casó, literalmente, con el primero que se lo pidió ¿Por qué? Pues, en sus palabras, por escapar. Estaba a punto de ser presentada en sociedad en una gran fiesta, y no le iban mucho esas cosas. La mala suerte fue que su marido era un borracho y un putero, que lo único que hizo fue dejarla embarazada de un hijo que nunca tuvo. Un aborto chapucero ("el doctor, un viejecito adorable pero medio drogado, estaba sentado junto a la cama, sosteniendo un tubo en el que había un feto del tamaño de un guisante, y lo agitaba frente a mis ojos diciendo: Mire, mire...") se encargó de que jamás pudiera tener descendencia.
Dejándolo todo, se fue a México, donde intentó con todas sus fuerzas ejercer de pintora. Según ella misma llegó a ser lo suficientemente buena como para ver que no era buena en absoluto. Y allí siguió hasta que estalló la segunda guerra mundial, momento en que volvió a Chicago. En cuanto pudo, se alistó. Alice Sheldon fue la primera mujer en Inteligencia Fotográfica, llegando a servir en Europa, donde conoció al que sería su segundo marido, un oficial de Inteligencia.
Tras la guerra, y después de un breve paréntesis en una granja, fueron reclamados por el gobierno, él para trabajar en la Oficina de Inteligencia, y ella para poner en marcha el departamento fotográfico de la CIA. Ya sabéis, sobrevolar a cien millas de altura una zona haciendo fotos y decidiendo después si lo que se veía en esas fotos eran emplazamientos antiaéreos, ruinas de algún tipo, o lo que fuera. Un trabajo que no le gustaba nada, que no le permitía ser ella misma, y por tanto abandonó. Y con el trabajo, todo lo demás. Huyó, sola, utilizó los conocimientos adquiridos para crearse una nueva identidad y desapareció.
Seis meses tardó su marido, un agente de la CIA, en encontrarla. Y entonces se puso a la labor de cortejarla, como si fuera la primera vez. Acabaron juntos de nuevo, ya por el resto de su vida, porque lo suyo era amor verdadero.
Ya con 41 años decidió que quería licenciarse en psicología experimental, y se puso a ello. Lo logró, por supuesto, pero el esfuerzo fue brutal. Le costó once años, y acabó tan estresada que no podía ni dormir. Para intentar desconectar, dejó vagar su mente, y escribió lo que sería su primera historia de ciencia ficción. Y nunca se lo podremos agradecer lo suficiente. Firmaba como James Tiptree jr., y mantuvo su identidad real en secreto hasta finales de los 70. Y realmente, la gente creía que quien escribía aquellas historias, pese a tener un poso feminista muy acusado, era (solo podía ser, en palabras de un Silverberg que patinó como nunca) un hombre.
Sus últimos años fueron más duros aún. A sus problemas de salud (múltiples úlceras, infartos y depresiones varias, etc...) se sumaba el cada vez peor estado de su marido, víctima de una tremenda enfermedad, cada vez peor. Al final, tenía que cuidar de un esposo prácticamente en coma. Para alguien tan apasionada y tan enamorada (tenía que estarlo, después de todo lo que pasó habría vuelto a desaparecer en caso contrario. Ella misma decía que supo sin duda que amaba a su esposo cuando no sintió el deseo de huir, al encontrarla tras su fuga anterior) aquello era el infierno en la tierra. Hasta el final, que fue tremendo. Cuando se sintió incapaz de seguir ver sufriendo a su marido, ella con 71 años, él una década mayor, cogió su rifle, disparó a su marido y, acto seguido, a sí misma.
¿Os parecen motivos suficientes para querer conocer más en profundidad la vida de esta mujer? Dicen que la biografía sale en castellano el próximo octubre. Pero no me lo creeré hasta que lo vea.
En cuanto a su obra, pues mucho me temo que no hay nada disponible en el mercado ahora mismo. Si acaso algún relato suelto en alguna antología (su obra, exceptuando dos novelas, se limita a extensiones cortas). Si véis alguna que contenga "Houston, Houston, ¿me recibes?"(un amigo dice que sólo por ese relato cualquiera podría ver que Tiptree era una mujer, porque ningún tío tendría cojones suficientes para escribir algo así) "La muchacha que estaba conectada"(o como adelantarse casi diez años a la explosión cyberpunk), "Las mujeres que los hombres no ven" o, por supuesto, el memorable y casi profético "Amor es el plan, el plan es la muerte" (aunque este os lo regalo si pincháis aquí) lanzáos de cabeza a por ella. De hecho, lanzáos a por cualquier cosa firmada por James Tiptree jr. Pero id con cuidado, algunos dejan marca. Si domináis el inglés, en la entrada de la wikipedia dedicada a Tiptree hay enlaces a varios de estos relatos.
Nació en 1915, y con apenas 19 años se casó, literalmente, con el primero que se lo pidió ¿Por qué? Pues, en sus palabras, por escapar. Estaba a punto de ser presentada en sociedad en una gran fiesta, y no le iban mucho esas cosas. La mala suerte fue que su marido era un borracho y un putero, que lo único que hizo fue dejarla embarazada de un hijo que nunca tuvo. Un aborto chapucero ("el doctor, un viejecito adorable pero medio drogado, estaba sentado junto a la cama, sosteniendo un tubo en el que había un feto del tamaño de un guisante, y lo agitaba frente a mis ojos diciendo: Mire, mire...") se encargó de que jamás pudiera tener descendencia.
Dejándolo todo, se fue a México, donde intentó con todas sus fuerzas ejercer de pintora. Según ella misma llegó a ser lo suficientemente buena como para ver que no era buena en absoluto. Y allí siguió hasta que estalló la segunda guerra mundial, momento en que volvió a Chicago. En cuanto pudo, se alistó. Alice Sheldon fue la primera mujer en Inteligencia Fotográfica, llegando a servir en Europa, donde conoció al que sería su segundo marido, un oficial de Inteligencia.
Tras la guerra, y después de un breve paréntesis en una granja, fueron reclamados por el gobierno, él para trabajar en la Oficina de Inteligencia, y ella para poner en marcha el departamento fotográfico de la CIA. Ya sabéis, sobrevolar a cien millas de altura una zona haciendo fotos y decidiendo después si lo que se veía en esas fotos eran emplazamientos antiaéreos, ruinas de algún tipo, o lo que fuera. Un trabajo que no le gustaba nada, que no le permitía ser ella misma, y por tanto abandonó. Y con el trabajo, todo lo demás. Huyó, sola, utilizó los conocimientos adquiridos para crearse una nueva identidad y desapareció.
Seis meses tardó su marido, un agente de la CIA, en encontrarla. Y entonces se puso a la labor de cortejarla, como si fuera la primera vez. Acabaron juntos de nuevo, ya por el resto de su vida, porque lo suyo era amor verdadero.
Ya con 41 años decidió que quería licenciarse en psicología experimental, y se puso a ello. Lo logró, por supuesto, pero el esfuerzo fue brutal. Le costó once años, y acabó tan estresada que no podía ni dormir. Para intentar desconectar, dejó vagar su mente, y escribió lo que sería su primera historia de ciencia ficción. Y nunca se lo podremos agradecer lo suficiente. Firmaba como James Tiptree jr., y mantuvo su identidad real en secreto hasta finales de los 70. Y realmente, la gente creía que quien escribía aquellas historias, pese a tener un poso feminista muy acusado, era (solo podía ser, en palabras de un Silverberg que patinó como nunca) un hombre.
Sus últimos años fueron más duros aún. A sus problemas de salud (múltiples úlceras, infartos y depresiones varias, etc...) se sumaba el cada vez peor estado de su marido, víctima de una tremenda enfermedad, cada vez peor. Al final, tenía que cuidar de un esposo prácticamente en coma. Para alguien tan apasionada y tan enamorada (tenía que estarlo, después de todo lo que pasó habría vuelto a desaparecer en caso contrario. Ella misma decía que supo sin duda que amaba a su esposo cuando no sintió el deseo de huir, al encontrarla tras su fuga anterior) aquello era el infierno en la tierra. Hasta el final, que fue tremendo. Cuando se sintió incapaz de seguir ver sufriendo a su marido, ella con 71 años, él una década mayor, cogió su rifle, disparó a su marido y, acto seguido, a sí misma.
¿Os parecen motivos suficientes para querer conocer más en profundidad la vida de esta mujer? Dicen que la biografía sale en castellano el próximo octubre. Pero no me lo creeré hasta que lo vea.
En cuanto a su obra, pues mucho me temo que no hay nada disponible en el mercado ahora mismo. Si acaso algún relato suelto en alguna antología (su obra, exceptuando dos novelas, se limita a extensiones cortas). Si véis alguna que contenga "Houston, Houston, ¿me recibes?"(un amigo dice que sólo por ese relato cualquiera podría ver que Tiptree era una mujer, porque ningún tío tendría cojones suficientes para escribir algo así) "La muchacha que estaba conectada"(o como adelantarse casi diez años a la explosión cyberpunk), "Las mujeres que los hombres no ven" o, por supuesto, el memorable y casi profético "Amor es el plan, el plan es la muerte" (aunque este os lo regalo si pincháis aquí) lanzáos de cabeza a por ella. De hecho, lanzáos a por cualquier cosa firmada por James Tiptree jr. Pero id con cuidado, algunos dejan marca. Si domináis el inglés, en la entrada de la wikipedia dedicada a Tiptree hay enlaces a varios de estos relatos.
2 comentarios:
Me gusta Silverberg, pero sus paridas son legendarias (algunos artículos recientes suyos confirman que siguen siéndolo). De todos modos, la Sheldon era una bestia literaria al margen del género, a ver si alguien se toma la molestia de reeditar sus cuentos como dios manda...
Por si no lo sabes, aunque seguro que sí, acaba de salir la biografía de Sheldon en castellano, en la Ed. Circe.
Ya la tengo pedida porque me interesa muchísimo las biografías de estas mujeres que, en cierto modo, se pusieron el mundo por montera.
LA OTRA
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