19.4.06

Calvin y Hobbes


Es tan fácil alabar este cómic... Imagino que todo el mundo conoce a Calvin y su tigre Hobbes, pues sus tiras se publican en varios periódicos, pese a que hace ya 10 años que su autor dejó de crear nuevas historias, pero por si acaso...

Sin duda es una obra maestra. En la imaginación de Calvin entran todo tipo de historias, lo mismo se convierte en el capitán Spiff y vive aventuras espaciales sin salir de clase que utiliza una caja de cartón para transformarse en criaturas delirantes. O crea muñecos de nieve suicidas. O se convierte en dinosaurio a la hora de comer. O desespera a todos los adultos con que se cruza con las gamberradas más creativas de la historia. O...


Las historias son divertidísimas, los diálogos agudos y desarmantes como pocos (en mi tira favorita se ve a Calvin clavando clavos en la mesa del comedor. Llega su madre y, enfadadísima, grita "¿Pero qué demonios estás haciendo, Calvin?". Éste la mira, mira la mesa llena de clavos, y dice "¿Es una pregunta con truco?". ¡Grande!) y la expresividad de los dibujos impresionante.
Inocencia infantil e imaginación desatada, Calvin es uno de los grandes personajes de la historia del cómic, y su tigre de peluche no le anda muy a la zaga. La suya es una gran historia de una gran amistad.

Bill Watterson, el creador, es un tipo peculiar. Prohibió la creación de merchandising sobre sus personajes, y dio con la puerta en las narices a Spielberg cuando éste le propuso crear una serie animada a partir de sus personajes. El 31 de diciembre del 96 dibujó la última tira de Calvin y Hobbes, y desde entonces está desaparecido de la vida pública. No se deja ver, ni entrevistar, no firma autógrafos, y nadie sabe a ciencia cierta qué hace. Cuenta la leyenda que vive en su pueblo natal, pintando cuadros con su padre.

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