¿Cómo decirlo sin que parezca demasiado raro? A ver qué tal así: Nueva sección presumiblemente semanal en este rincón. A partir de ahora, en los alrededores de cada fin de semana, una pequeña y humilde superguía/galería hipercompleta de seres y lugares del mundodisco. Ya sabéis, ese mundo con forma de pizza geológica (pero sin anchoas) en el que se desarrollan treinta y tantas (en castellano veintitantas) novelas de Terry Pratchett. O dicho de otra forma:
Observad...
Esto es el espacio. A veces lo llaman "la última frontera"
(Lo que no deja de ser una tontería, claro, porque no se puede tener una última frontera, no sería fronteriza con nada. Lo más que puede llegar a ser una frontera es penúltima, y gracias).
Y, destacada contra el gran manto de estrellas, pende una nebulosa, vasta y negra, una gigante roja que brilla como la locura de los dioses...
Y entonces el brillo se percibe como el reflejo de un ojo enorme, y queda eclipsado por el parpadeo de ese ojo, y la oscuridad mueve una aleta, y Gran A'Tuin, la tortuga estelar, sigue nadando por el vacío.
Sobre su caparazón hay cuatro elefantes gigantescos. Algo reposa sobre sus lomos. Es algo bordeado de cataratas, centelleante bajo su solecillo orbital, con las majestuosas montañas que rodean su Eje helado. Es el mundodisco, mundo y espejo de mundos.
Casi irreal.
La realidad no es algo digital, un estado de encendido o apagado, sino analógica. Algo gradual. En otras palabras, la realidad es una cualidad que poseen las cosas de la misma manera que poseen peso, por poner un ejemplo. Se ha llegado a calcular que, en un planeta dado, hay tan solo unas quinientas personas reales, y por eso no dejan de encontrarse accidentalmente unas con otras.
El Mundodisco está al límite de la irrealidad, sólo tiene la dosis justa para existir, y eso por los pelos.
Que viene a ser, más o menos...
... un lugar donde ocurren historias de magia, héroes, dioses, ornitorrincos, monstruos, turistas, un simio bibliotecario y organista(por vuestro bien no le llaméis mono...), glamour, Muerte (no muerte, sino La Muerte, ya sabéis, el tipo alto de la guadaña), ópera, universidades, brujas, Australia, música-con-rocas-dentro, los cuatro jinetes (bueno, un jinete y tres peatones) del apo... bueno, eso. Y más cosas (seguramente todas las cosas que se os ocurran y alguna que no se os ocurriría en la vida). ¿Cómo? ¿Que me explico fatal? Tranquilos, alguien mucho más autorizado que yo se encarga de la presentación.
¿Más claro? Bueno, de momento y como aperitivo pinchad aquí para una primera toma de contacto. Es un cuento cortito, pero menos da una piedra, y para un post-prólogo ya está bien, ¿no? Pues eso. La semana que viene más. Y menos críptico, lo prometo.
(Los párrafos en cursiva son de Rechicero, de Terry Pratchett. Y esta presumiblemente caótica sección está dedicada a Sarichiella, que es una lianta. Ya está, ya lo he dicho...)
Observad...
Esto es el espacio. A veces lo llaman "la última frontera"
(Lo que no deja de ser una tontería, claro, porque no se puede tener una última frontera, no sería fronteriza con nada. Lo más que puede llegar a ser una frontera es penúltima, y gracias).
Y, destacada contra el gran manto de estrellas, pende una nebulosa, vasta y negra, una gigante roja que brilla como la locura de los dioses...
Y entonces el brillo se percibe como el reflejo de un ojo enorme, y queda eclipsado por el parpadeo de ese ojo, y la oscuridad mueve una aleta, y Gran A'Tuin, la tortuga estelar, sigue nadando por el vacío.
Sobre su caparazón hay cuatro elefantes gigantescos. Algo reposa sobre sus lomos. Es algo bordeado de cataratas, centelleante bajo su solecillo orbital, con las majestuosas montañas que rodean su Eje helado. Es el mundodisco, mundo y espejo de mundos.
Casi irreal.
La realidad no es algo digital, un estado de encendido o apagado, sino analógica. Algo gradual. En otras palabras, la realidad es una cualidad que poseen las cosas de la misma manera que poseen peso, por poner un ejemplo. Se ha llegado a calcular que, en un planeta dado, hay tan solo unas quinientas personas reales, y por eso no dejan de encontrarse accidentalmente unas con otras.
El Mundodisco está al límite de la irrealidad, sólo tiene la dosis justa para existir, y eso por los pelos.
Que viene a ser, más o menos...
... un lugar donde ocurren historias de magia, héroes, dioses, ornitorrincos, monstruos, turistas, un simio bibliotecario y organista(por vuestro bien no le llaméis mono...), glamour, Muerte (no muerte, sino La Muerte, ya sabéis, el tipo alto de la guadaña), ópera, universidades, brujas, Australia, música-con-rocas-dentro, los cuatro jinetes (bueno, un jinete y tres peatones) del apo... bueno, eso. Y más cosas (seguramente todas las cosas que se os ocurran y alguna que no se os ocurriría en la vida). ¿Cómo? ¿Que me explico fatal? Tranquilos, alguien mucho más autorizado que yo se encarga de la presentación.
¿Más claro? Bueno, de momento y como aperitivo pinchad aquí para una primera toma de contacto. Es un cuento cortito, pero menos da una piedra, y para un post-prólogo ya está bien, ¿no? Pues eso. La semana que viene más. Y menos críptico, lo prometo.
(Los párrafos en cursiva son de Rechicero, de Terry Pratchett. Y esta presumiblemente caótica sección está dedicada a Sarichiella, que es una lianta. Ya está, ya lo he dicho...)