30.6.07

Y por ser sábado os presento a...

Luscious Jackson, alias las Beastie girls. ¿Las conocéis? A simple vista parecen uno más de esos grupos formados por tres chicas que facturan música comercialoide-bailable, pero si fueran solo éso no habrían sido elegidas por los Beastie boys como el primer fichaje para su sello Grand Royal allá por 1991, ¿no? Bueno, no solo eso. También cuentan con un ex-beastie boy entre sus filas, Kate Schellenbach, la que fuera batería de los beasties en sus tiempos hardcorianos, antes de descubrir el hip hop. Y eso ya son un par de argumentos para escucharlas con un poquito de atención.



Y fijarse, por ejemplo, en que las melodías no son ni la mitad de evidentes de lo que esperas, y que tienen un punto hipnótico poco usual. Y que además de ser una banda real, capaz de defender sus canciones sin ayuda de mercenarios, si quieren, pueden ponerse raras, raras...



Y que incluso cuando deciden ponerse descaradamente bailables son capaces de llenar el ambiente de matices, clase y estribillos extraños (¿"gracias a ti tuve un ataque de nervios"?)



El último video es un montaje con imágenes de Veronica Mars, una serie que, casualmente, espera en el disco duro a que le eche un vistazo, y las Luscious Jackson me han venido a la cabeza mientras escuchaba este disco instrumental que se han sacado los Beasties de la manga.

Espero que lo mío no sea grave, doctor...

28.6.07

253

253, de Geoff Ryman, es una novela rara. Para empezar, es la versión en papel de una obra escrita originalmente para internet que, si domináis la lengua inglesa aún podéis leer pinchando aquí. Además, está escrita bajo unas normas muy claras y estrictas: La historia transcurre durante un viaje en metro, unos siete minutos en total transcurren entre el comienzo y el final del libro. En ese metro viajan 252 pasajeros y el conductor del mismo. Cada capítulo es una descripción de uno los viajeros, y cuenta exactamente con 253 palabras. Por una vez, en la traducción al español se ha conservado el juego, y también en nuestro idioma cada capítulo consta de 253 palabras (las notas a pie de página, que varias veces son más largas que cualquiera de los capítulos, no cuentan). ¿No parece un libro un poco marciano? Claro, porque lo es.

Cada capítulo se divide en tres partes, una para explicar el aspecto físico del viajero en cuestión, otra con algunos datos personales del mismo y una tercera que cuenta qué está haciendo el personaje en cuestión. Y hay personajes de todo tipo, el tipo de gente que uno puede encontrarse en el metro: Trabajadores, turistas, inmigrantes, estudiantes... Todo un muestrario de gente corriente, con sus inquietudes, problemas e ilusiones, descrita de manera casi telegráfica pero tremendamente efectiva. No es que lleguemos a conocer profundamente a cada personaje, es que, según va avanzando el libro no puedes evitar ir volviendo atrás, cada vez que algún personaje mira a otro, o le suena su cara, o le conoce... Todo esto se arreglaba en la versión electrónica mediante links que, evidentemente, se han perdido en la versión en papel. Y a veces, para qué negarlo, se echan en un poco en falta. No muchas, por suerte, porque es muy fácil encontrar el capítulo dedicado a un personaje determinado (por una vez, los mapas incluídos en un libro tienen una utilidad real).

Para añadir más extrañeza aún al conjunto ahí están esas desopilantes notas a pie de página, las "útiles e instructivas notas de 253". A veces explican detalles de la fábrica a la que se dirige un pasajero en concreto, o explica la historia de algún lugar relacionado con otro, o símplemente dicen "esto es mentira, me lo inventé", planteando un juego entre realidad y ficción, entre la novela, el autor y el lector. Un jjuego que, lejos de limitarse a las notas, es una constante en el libro. Uno de los personajes, un actor callejero, se llama igual que el autor. Otro se llama Margaret Thatcher. Todo contribuye para ir creando una poderosa sensación de irrealidad, pese a ser, en teoría, una simple colección de "fotografías" de gente normal. Las notas, por cierto, suelen ser cachondísimas, igual que esos anuncios de 253 repartidos a lo largo del libro, que animan al lector a escribir su propio capítulo, o explican por qué 253 será mano de santo a la hora de presumir de estar al día entre tus amigos intelectuales...

En la contraportada pone que es una ficción experimental y post-moderna. Pues vale. Además, se lee en un plis. Y se disfruta, claro. Si no de qué iba yo a perder el tiempo hablando sobre ella...

26.6.07

El proyecto de Auggie: Creciendo y (pronto) de mudanza

1. Creciendo: Porque la gente no para de tirar libros a la basura, y yo no paro de encontrarlos. Aquí van los últimos que han aparecido:

Por una parte, tres volúmenes en perfectísimo estado de una colección dedicada a premios nobel.

-Hania y Bartek el héroe de Henryk Sienkiewicz
-Flora y Pomona y otros poemas de Erik A. Karlfeldt
-Historia de Roma (fragmento) de Theodor Mommsen

Casi ná. Además, han aparecido por ahí un par de libros, bastante envejecidos, para qué engañarnos, bastante famosillos.

-Fantasmas, de Dean R. Koontz, una edición de El Círculo de Lectores.
-Oliver Twist y David Copperfield de Charles Dickens, las dos novelas en un solo volumen.

2. De mudanza (pronto):Pues eso, que ya no voy a tener que preocuparme más por el espacio que ocupan en mi estantería los libros que voy recogiendo por ahí, porque gracias a la amiga Lou ya tengo un sitio, que no podría ser más adecuado (¡Un bar de copas con nombre friki!), para ir dejándolos. En cuanto el traslado se haga efectivo, que será en breve, tendréis por aquí reseña del momento y foticos para que veáis cómo queda todo.


(¿Qué es el proyecto de Auggie?)

23.6.07

Un vistazo al futuro

Palabra de Dick.



El video me lo descubrió Sergio, que no tiene blog.

20.6.07

La gran conspiración de escritores de ciencia ficción

Antes de nada, que nadie se pierda el post de hoy de Mad world, pues es responsable directo de éste. En él, Forfy cuenta cómo los servicios secretos norteameriyankis "secuestraron" un juego de rol de temática cienciaficcionera al cruzarse en su camino en mitad de una desquiciada operación anti-hackers. Porque la relación entre los servicios secretos y la ciencia ficción siempre han tenido un no sé qué de ridículo (como Dick acusando al FBI de desvalijar su casa. Días más tarde se desdijo y acusó a los rusos, y luego a los extraterrestres), pero nunca tanto como la primera vez.

La historia es muy conocida, al menos entre el fándom cienciaficcionero. El mismo Asimov presumía a menudo de "haber estado allí". Es la historia del escritor que reveló secretos científicos relativos a la bomba atómica. La historia completa se puede leer aquí y aquí, en inglés. Apareció traducida a nuestro idioma en la última encarnación hispana de la revista Asimov ciencia ficción.

"Durante años he incluído en mis charlas la anécdota del relato de Cartmill y la visita de los agentes especiales a las oficinas de Campbell. La anécdota siempre tuvo éxito, sobre todo en las facultades. Yo solía describir cómo Campbell hizo públicos algunos nuevos datos sobre el descubrimiento de la fisión del uranio (discutidos con total libertad, hasta que los científicos se autoimpusieron una autocensura por razones obvias), y explicó que una bomba nuclear era una deducción lógica. Los agentes, tras profunda meditación, lo comprendieron al fin, pero le ordenaron que dejara de publicar relatos de ese tipo, y Campbell explicó que eso sería aún peor (al menos así es como yo lo oí). Tras esto, solía decir: "Los agentes de Inteligencia se vieron ante una hazaña de enorme magnitud, pues Campbell les pedía que pensaran por segunda vez en el mismo día", lo que, invariablemente, hacía que el público se desternillara de risa."

Isaac "Patillas" Asimov resumía muy mucho la historia. El relato que desató el problema fue "Deadline" ("Tiempo límite"), un relato de segunda de un escritor de tercera, Cleve Cartmill. Trataba sobre la bomba, y fue publicada un año y pico antes del primer ensayo nuclear exitoso. Algún iluminado con contactos debió leerlo, y, efectivamente, los servicios de Inteligencia abrieron una investigación, que acabó descubriendo una potencial conspiración para revelar secretos científicos al enemigo, que involucraba no solo a Cartmill y John W. Campbell (director de la revista en que se publicó el relato y principal inspirador del mismo), sino a trabajadores de astilleros de la marina y antiguos investigadores de la Universidad de Columbia. Todo muy rocambolesco, con intercambios continuos de información entre ellos, incluso envíos poco disimulados de cosas como cobre atómico(?).

Además, todos ellos utilizaban el mismo "modus operandi" a la hora de hacer públicos secretos militares: Los publicaban como relatos en revistas de ciencia ficción, donde firmaban como Asimov, Heilein y de Camp. Un método curioso, sin duda.

Que alguien tomara a Asimov por traidor, pues hombre, con ese nombre y esas patillas igual sospecharon de él durante cinco minutos, pero... ¿Heinlein? Cualquiera que haya leído algo suyo sabe que acusarle de traicionar a sus Estados Unidos de América es como afirmar que John Wayne era un rojo. En cuanto a de Camp, lo más peligroso que hizo en su vida fueron una biografía de Lovecraft y un puñado de pastiches de Conan. Los intercambios de información, por supuesto, eran las quedadas en las que charlaban de sus cosas de cf, pero visto con ojos paranóicos cualquier cosa parece peligrosa...

A los investigadores les costó, pero finalmente se dieron cuenta de que todo el asunto era absurdo, comprobaron que, efectivamente, los relatos eran resultado de extrapolaciones simples a partir de la información que aparecía en las revistas científicas de la época. Se la acabaron envainando, pero el informe de dicha investigación (con agentes de incógnito trabando amistad con Cartmill e intentando ganarse su confianza para sonsacarle, y demás) ha estado clasificado más de cincuenta años.

Por evitarse el ridículo, imagino...

19.6.07

Leyendo...

"Las instancias que rellené hace ya mucho tiempo, solicitando información, siguen sin duda en el fondo de la miasma de cieno burocrático que constituye la estructura organizativa de las autoridades; tengo la impresión de que todas las preguntas que hice al principio respecto a las dimensiones del puente, los puntos que dicho puente salva, lo que enlaza, etcétera, habrán sido redactadas de nuevo, resumidas, arregladas, pulidas, parafraseadas y vueltas a transmitir con tanta frecuencia, y pasadas por tantos departamentos y oficinas distintos, que para cuando lleguen a manos de alguien capaz de -o dispuesto a -tener la consideración de responder a ellas carecerán virtualmente de sentido..., y aun suponiendo que algún milagro haga que sobrevivan a este proceso sin haberse contaminado tanto como para seguir siendo comprensibles, cualquier respuesta, por más provechosa y paradigmáticamente clara que pudiera ser, habrá degenerado con mayor certeza en una absoluta incomprensibilidad para cuando llegue a mis manos."

1. Estoy leyendo por tercera vez un libro, El puente de un autor del que ya he leído seis o siete novelas más, Ian (M.) Banks. Por tanto puedo decir que estoy familiarizado con su obra. No debería poder sorprenderme. No mucho, al menos. Menos aún si el libro lo he leído ya dos veces. Pero Banks es un cabrón muy bueno, y el libro me tiene aún más fascinado que las otras veces.

"-No puedo evitarlo, Brooke, -digo-. Aquí, según parece, hay demasiadas cosas de las que no se puede hablar: sexo, religión y política, de entrada.

Brooke se queda con el tenedor a medio camino de la boca

-Bien -dice, incómodo-, respecto a... lo primero, no hay problema siempre que uno esté casado, o que la chica tenga licencia, o lo que sea..., pero coño, Orr, -añade bajando el tenedor otra vez-, siempre está con lo de la "religión" y la "política"; ¿A qué se refiere exactamente?

Parece que habla en serio, ¿en qué lío me he metido? Primero ésto y luego una sesión con el doctor Joyce. Todo es lo mismo. Durante los diez minutos siguientes pruebo de darle una explicación a Brooke, quien parece más y más perplejo. Por último, una vez terminada mi aclaración dice:

-Mmm. No sé para qué quiere dos palabras. A mi me suenan a lo mismo."

2. En la primera página, el prota se estampa con el coche. El resto del libro son las alucinaciones (¿pesadillas?) que sufre durante el coma. ¡Qué gran película haría Terry Gilliam con ésto!

14.6.07

La dominación mundial en cinco sencillos pasos

"Atención: Este mensaje es alto secreto. No lo leas. Repito: No lo leas. Y si lo haces no se lo cuentes a nadie. Si se lo cuentas a alguien es que estás en el ajo. Tú mismo/a.


Bueno, gente, creo que ya cumplimos los requisitos adecuados para, por fin, dar el gran golpe. A ver, repasemos punto por punto las condiciones y confirmemos que no nos falta nada. Según la Gran Enciclopedia Sylar de Supermalos-malosos, los pasos necesarios para dominar el mundo son cinco, ¿no?

1.-Formar una sociedad secreta, si puede ser con un nombre absurdo y/o molón: Eso lo tenemos. Tenemos el grupo, tenemos el nombre, y tenemos miembros que ni saben que pertenecen al mismo. Y nadie fuera del grupo nos conoce ni sospecha nada. Más secreto imposible.

2.-Tener algún problema psicológico: Hecho. Una firma y cinco o seis personalidades diferenciadas. Un caso claro de esquizofrenia aguda.

3.-Crear un plan absurdo: Querer conquistar el mundo es bastante absurdo. Hacerlo con letras como armas supera cualquier escala de irracionalidad. O sea que hecho, también.

4.-Explicar detalladamente el plan a los héroes antes de tiempo: Hum... Vale, hecho. Abrimos un blog y ahí lo contamos todo, antes de que llegue el gran momento. Cuando llegue el gran momento, lo utilizamos para explicar las interioridades del plan, así como para dar cuenta de nuestro inexorable avance en pos de la victoria más aplastante.

5.-Por fin, ejecutar el plan y dominar el mundo: Estamos en ello.

Así pues, podemos afirmar que, encontrándonos en la fase 4 del plan, éste se desarrolla como estaba previsto. Sobre todo, mantened el secreto, no queremos atraer mucha publicidad de momento, así que ni se os ocurra decir a nadie que nuestra base de operaciones está aquí, hasta el momento en que nos traslademos al cuartel general definitivo, desde el cual acometeremos la fase final de nuestro plan.

Sin más novedades de que informar, me despido con una sonrisa torcida en los labios. Ya son nuestros, y ni siquiera lo sospechan.

Gerontocracia."

No queráis saber cómo me he hecho con este mensaje secreto. Eso sí, os prometo que yo no tengo nada que ver con eso.

En serio.

¿Geronto...? No me uniría jamás a un grupo con ese nombre. Ni mucho menos colaboraría en la fundación de uno. Ni aunque me quisieran en él. Que no es el caso. Porque no conozco a ninguno de ellos. Ni quiero conocerles. En el caso de que existan, claro.

De verdad.

Lo juro.

Creedme. Sé elegir mis compañías, tengo criter....

Mierda. (chicos, creo que me han pillado)


P.d. Más info aquí. Y aquí una foto del título.

P.p.d. Yo no fui. Me obligaron a hacerlo...

13.6.07

Hotel Dusk, room 215

Si todo empieza con el título, éste es genial. "Hotel Crepúsculo, habitación 215", sencillo como un telegrama, pero sugerente. Y misterioso.

Y el comienzo de la historia no puede ser más prometedor: Kyle Hyde, vendedor ambulante y antiguo policia sueña con su antiguo compañero, el que le traicionó e hizo que tuviera que abandonar el cuerpo. Al que disparó, y del que nunca se encontró el cuerpo. El compañero cuya búsqueda es una obsesión para Kyle desde hace años. Un buen comienzo para un libro o película de misterio con protagonista obsesionado, ¿verdad?

Solo que Hotel Dusk no es un libro. Ni una película. Es un videojuego, de esos que carga el diablo.




Eso sí, seguramente sea el videojuego más indicado para inaugurar esta nueva cabecera que tantos problemas me dió estos días pasados. De entrada, lo promocionan como una "novela intractiva", lo presentaron en España en la semana del libro de Madrid, y por si fuera poco Nintendo y la organización de la Semana Negra de Gijón han creado un concurso de relatos a costa del jueguecito. Aparte, la mayor parte del juego la pasas leyendo. Ah, y para jugar tienes que coger la DS, esa pequeña maravilla de Nintendo, como si fuera un libro.

Aparte de este acercamiento (voluntario) al universo literario, el juego es una pasada. Tiene un aspecto único. Los decorados, el interior del hotel que da nombre al juego, son en 3d, pero los personajes, y aquí esta una de las claves de la magia que respira este título, están dibujados a lápiz. Y tienen mucha parte de culpa del ambiente de ensoñación que sobrevuela la trama.

La trama... El otro gran culpable de que no haya podido soltar el juego desde que lo empecé. El prota es un ex-poli, un tipo un poco borde, desencantado de todo y al que solo le mueve la búsqueda de su antiguo compañero. El hotel Dusk es el lugar en el que todas sus preguntas obtendran, finalmente, respuesta. Una noche en la habitación 215 (que según la leyenda concede deseos) y un puñado de secundarios con personalidad bastarán. Unos secundarios de nivel, hay que decirlo. Como si de una historia coral se tratara, todos los personajes tienen su momento de protagonismo, todos esconden secretos y todos aportan revelaciones importantes. Entre todos me mantuvieron inmerso en la trama hasta el final, con ese ansia de saber qué es lo que ocurrirá al pasar pag... estooo... al pasar de nivel.

12.6.07

¡Conseguido!

Misión cumplida.



Tras un rato tirando a largo, el cambio de plantilla ha llegado finalmente a buen puerto. Que si rehacer todos los enlaces (¿falta alguno?), que si cambia la imagen de la cabecera, que si ahora no se ve el título del blog...
Todo eso quedó atrás. Ya tenemos nueva imagen, espero que os guste. Lo malo es que ahora que sé cómo hacerlo lo mismo ésta dura poco...

11.6.07

¡Warning!

¡Atención, peligro!

Debido a un capricho incontrolable, voy a cambiar la plantilla. Así que se avecinan turbulencias, inestabilidad y numerosos dolores de cabeza. Si en las próximas horas ésto no funciona como debería ya sabéis a qué se debe. Además, he comenzado a trastear con Twitter (esa cajita nueva en el lateral), para miniactualizaciones rápidas, enlaces, o citas breves.

Cualquier sugerencia será bienvenida, y si notáis algo raro (enlaces desaparecidos o que no funcionen, etc...), agradeceré que me lo comuniquéis.

10.6.07

Querido diario:

Querido diario:
Parece que se me ha pasado un poco el ansia posteadora de la semana pasada, pero no pasa nada. Va a rachas, y la hiperactividad dura poco. Aun así, hay un par de cosas que puedo explicarte.

La primera va sobre Jericho. Llevaba unos días oyendo rumores, y finalmente se ha confirmado (gracias por la noticia, rusoazul): Jericho vuelve. 20 toneladas de cacahuetes, unos ocho millones de "nuts" han tenido la culpa. De momento, 7 capítulos más, y si la cosa funciona continuarán. Al menos tendrá un final, esperemos, como dios manda. La pregunta ahora es: ¿Qué narices tenemos que enviar a las oficinas de la FOX para que se replanteen rodar más capítulos (con doscientos o trescientos más me conformo) de Firefly?

Además, el pasado viernes fui a una presentación. Bueno, más bien una tertulia entre mi amigote Carrion, Eloy Fernández Porta y Agustín fernández Mallo. Hablaron de Afterpop, Nocilla dreams y un montón de cosas relacionadas. Mucho post-post-modernismo, citas fuera de contexto, equipo A y alguna teoría de la conspiración (¿es Mallo en realidad un agente de la CIA?). Muy entretenida, instructiva y, sobretodo, gafapasta. Tanto que casi sufro una sobredosis gafapástica. Tenía que hacer algo para reponerme, y como Bubba ho tep la vi hace nada (ese Elvis sexagenario y con cancer en los cataplines que combate momias con su andador robó mi corazón. Bruce Campbell es el tipo más cool del universo conocido. Y del desconocido.)



decidí rebuscar en el disco duro a ver qué encontraba. Y me encontré con Homecoming, uno de los capítulos de la primera temporada de Masters of Horror, uno de los mejores según Hombre lobo, que de esto entiende un rato. No me defraudó lo más mínimo, porque aunque buscaba algo de entretenimiento cafre con zombis y me encontré con una crítica salvaje a la administración Bush (los zombis son los soldados muertos en Irak, que vuelven a casa para... ¿votar?), y aunque no da mucho miedo, es lo suficientemente original y certera como para dejarme con un más que buen sabor de boca y sacarme de la cabeza tanta cultura acumulada.

Además, he acabado de leer los 66 números de Predicador, pero de eso ya hablaré otro día con más tiempo (y ganas).
Eso es todo por hoy, querido diario.


7.6.07

El cura

"Oh, no te creas que, porque llevo alzacuello, no me gustan los chistes verdes. La promesa de castidad no nos impide reírnos del sexo. Dicho eso, no nos impide necesariamente practicar sexo, aunque esa es otra historia, siguiendo con el tema, uno que oí la semana pasada. ¿Cómo se embaraza a una monja?
- No lo sé -dijo Greg encogiéndose de hombros.
- Disfrazándola de monaguillo
"

Si me preguntasen, diría que un libro sobre curas pederastas con el que cueste trabajo quitarte la sonrisa de la boca mientras lo lees es algo prácticamente imposible. Un libro con esa temática puede ser duro, provocador, de denuncia, escandaloso... pero ¿divertido? No, definitivamente no habría utilizado ese adjetivo en la vida. Hasta que leí éste, claro. No es que sea especialmente cómico, ni una parodia, ni nada parecido, pero una corriente subterranea de ligero cachondeo lo recorre de principio a fin.

Todo comienza con un sacerdote, un pedófilo que se libró de una condena enorme gracias a las no siempre claras maniobras de la iglesia (mucho dinero y un traslado, resumiendo). Un chantaje a varias bandas y un extraño tatuaje satánico que el susodicho sacerdote decide hacerse en el pecho dan el pistoletazo de salida a una de las tramas más enloquecidas que he tenido el placer de disfrutar en los últimos tiempos. Maniobras antiabortistas, una secta extraña creada por un escritor de ciencia ficción e incluso un muy, muy extraño eh... ¿viaje en el tiempo? (¿O será una alucinación?) para ilustrar la tesis de que el problema real de la iglesia hoy en día es que, básicamente, no ha evolucionado apenas.

El cura es la última novela publicada entre nosotros de Thomas M. Disch (de quien ya comenté en su día la increíble En alas de la canción), y, dicho rápido, es una gozada, más allá de lo provocador de su propuesta. Una trama alucinante (y alucinógena) y un puñado de personajes bien logrados sirven como excusa para articular una tremenda crítica, más que a la religión católica en sí, a la organización que se ha creado a su alrededor. Dicho de otra forma, me ha parecido un cañonazo contra la iglesia, sus maniobras y politiqueos, su obsesión por defender "a los suyos" actúen correctamente o no, más que contra la religión como tal. Y es un cañonazo de los buenos, porque si algo le sobra a Disch es talento, sobradamente demostrado tanto en su etapa cienciaficcionera (novelas como 334, Campo de concentración [*] o En alas de la canción son cumbres del género, densas y deprimentes y divertidas al tiempo, novelas de las que dejan huella) como en su posterior obra realista. Talento y mala leche, una gran combinación.

*Si no me creéis cuando digo que Campo de Concentración es un clásico, al menos haced caso a Buddy Bradley.


Él sabe lo que se dice.

4.6.07

Cuatro para Auggie y alguna cosilla más

1. Porque las cosas que dependen del azar son así, estás esperando tres meses y no pasa nada y, de repente, tienes sorpresas cada semana. Cuatro títulos más encontrados ya-sabéis-dónde. Por una parte , La dictadura del crimen, de Richard Condon (menudo título...) y La burguesita, de Cecil Saint-Laurent (¿será picantón?). Y por otra parte, la respuesta española llega de la mano de Galíndez del enorme Manuel Vázquez Montalbán y La Tempestad, del muy plasta Juan Manuel de Prada.

2. Aunque supongo que ésto ya lo sabéis, porque se ha comentado en muchos sitios. En la web del diario El País hay un nuevo blog desde hace unos días. Se llama Espoiler, y trata sobre series de Tv. Hasta aquí todo bien. Pero lo curioso del caso es que incluye enlaces para descargar (sí, sí) vía p2p dichos episodios, alguna temporada completa de series clásicas y demás. No es el primero en hacer algo así, pero me llama la atención que lo haga en un marco como ese. Bravo por ellos (o más bien por el autor del blog, Hernan Casciari), por ayudar a normalizar algo común entre nosotros pero seguro que inédito para gran parte de los visitantes de esa página, y por decir en voz alta y clara en un medio importante que compartir archivos via p2p es algo perfectamente legal. Eso sí, las críticas por parte de algunos van a ser...

2.6.07

Paradojas temporales

Viendo la que se ha organizado en el post anterior, y lo que dan de sí los viajes en el tiempo, nunca está de más conocer la opinión de un maestro. Con ustedes Fred Brown con:

EL EXPERIMENTO

- La primera máquina del tiempo, caballeros - Informó orgullosamente el profesor Johnson a sus dos colegas -. Es cierto que sólo se trata de un modelo experimental a escala reducida. Únicamente funcionará con objetos que pesen menos de un kilo y medio y en distancia hacia el pasado o el futuro de veinte minutos o menos. Pero funciona.
El modelo a escala reducida parecía una pequeña maqueta, a excepción de dos esferas visibles debajo de la plataforma.
El profesor Johnson exhibió un pequeño cubo metálico.
- Nuestro objeto experimental - dijo - es un cubo de latón que pesa quinientos cuarenta y siete gramos. Primero, lo enviaré cinco minutos hacia el futuro.
Se inclinó hacia delante y movió una de las esferas de la máquina del tiempo.
- Consulten su reloj - advirtió.
Todos consultaron su reloj. El profesor Johnson colocó suavemente el cubo en la plataforma de la máquina. Se desvaneció.
Al cabo de cinco minutos justos, ni un segundo más ni un segundo menos, reapareció.
El profesor Johnson lo cogió.
- Ahora, cinco minutos hacia el pasado. - Movió otra esfera. Mientras aguantaba el cubo en una mano, consultó su reloj -. Faltan seis minutos para las tres. Ahora activaré el mecanismo - poniendo el cubo sobre la plataforma - a las tres en punto. Por lo tanto, a las tres menos cinco, el cubo debería desvanecerse de mi mano y aparecer en la plataforma, cinco minutos antes de que yo lo coloque sobre ella.
- En este caso, ¿cómo puede colocarlo? - preguntó uno de sus colegas.
- Cuando yo aproxime la mano, se desvanecerá de la plataforma y aparecerá en mi mano para que yo lo coloque sobre ella. Las tres. Presten atención, por favor.
El cubo desapareció de su mano.
Apareció en la plataforma de la máquina de tiempo.
- ¿Lo ven? ¡Está allí, cinco minutos antes de que yo lo coloque!
Su otro colega miró el cubo con el ceño fruncido.
- Pero - dijo - ¿y si ahora que ya ha sucedido cinco minutos antes de colocarlo ahí, usted cambiara de idea y no lo colocase en ese lugar? ¿No implicaría eso una paradoja de alguna clase?
- Una idea interesante - repuso el profesor Johnson -. No se me había ocurrido, y resultará interesante comprobarlo. Muy bien, no pondré...
No hubo ninguna paradoja. El cubo permaneció allí.
Pero el resto del universo, profesores y todo, se desvaneció.


Editando:Rusoazul, que está que se sale, además de colaborar con otro relato de papá Brown en los comentarios, propone listar todas las series que se os ocurran en las que los viajes en el tiempo y/o paradojas temporales hagan acto de presencia. Y yo que me apunto a un bombardeo digo: Vamos allá, convirtamos este post en un especial viajes en el tiempo. Las primeras aportaciones, del susodicho rusoazul son las siguientes:

- El túnel del tiempo
- Star Trek (todas las series)
- Voyagers
- Timecop
- The Triangle (miniserie que, creo, se emitió en España con el título del Triángulo de las Bermudas).

¿Se os ocurren más? ¿Os parece que listemos también películas? Vosotros mismos, este post lo vais a completar vosotros.

A bote pronto, sin meditar demasiado y sin salirme del tema series, se me ocurre añadir Dr. Who. Seguiré haciendo memoria.

Os toca.


1.6.07

Antes de que se me olvide...


José Ramón Vázquez es un jovenzuelo impertinente y descarado, y me llama cosas como "abuelo" y "venerable" en cuanto me descuido, pero es un buen amigo y va a ser un escritor de la hostia. De momento acaba de publicar "Unicornios rojos" en Ediciones Efímeras, un bonito PDF para todo aquel que guste. Así que toca descargar.

Pinchar aquí para descargar Unicornios rojos.

Fin de la pausa publicitaria.