31.1.10

Feliz Día Internacional del Traje de Gorila

Nunca he entendido al rey Louis.



Eres el rey de la selva, el gorila más chulo que jamás haya existido (un "jungle VIP"), y encima tienes la voz de Louis Prima... y te emperras ser humano. ¿Para qué? Prisas, estrés, crisis, impresentables por todas partes, mentiras, cinismo, feas ciudades por las que moverse, además llenas de GENTE...

A mi que me den cuatro palmeras, suministro ilimitado de bananas y la oportunidad de masturbarme en público y lanzar mis escrementos a cualquiera que pase por los alrededores y seré feliz. Estás equivocado, rey Louis, soy YO el que quiere ser como tú.

Pero como no puedo, tengo que limitarme a disfrazarme de ti una vez al año... Feliz día Internacional del Traje de Gorila.

26.1.10

Revelados (Los Muertos #2)

"Nacemos en la materialización. El problema es que nos materializamos con recuerdos y estos nos dicen que es posible otra forma de aparecer, que el ser humano nace del vientre de mujer, después de nueve meses de gestación, que nacemos sin lenguaje ni memoria, que éstos se van adquiriendo en el proceso de aprendizaje. Sin embargo, sabemos que eso es falso. Que nacemos al margen de la sexualidad. Que nacemos a cualquier edad. El gran misterio es de dónde venimos. Deben asumir eso si quieren vivir. Sobrevivir."


Fragmento de "Los Muertos", de Jorge Carrion, publicado como adelanto en el número 18 de la revista Eñe.

Revelados. (Los Muertos 2 de 4) from Sergio Espín aka 3eses on Vimeo.



Va quedando menos para 19 de Febrero, el día de Los Muertos.

23.1.10

Antifuente, de Fco. Javier Pérez


"Atención: Nada en esta manga, ni en la otra..."

Algo hay de juego de manos, de truco de prestidigitador, en los relatos que conforman Antifuente, del escritor y guionista comiquero Fco. Javier Pérez, como si el autor no pusiera todas las cartas sobre la mesa pero de alguna manera las hiciera patentes. Uno no acaba de saber cómo esa extraña mezcla de imaginería pulp, ciencia ficción alucinada (y muy poco canónica, casi ciencia ficción como herramienta para provocar emociones más que deleite intelectual), erudición pop y pulso punk rock (o metal industrial, según el caso) funciona y provoca las sensaciones que provoca, pero el caso es que lo hace. Lo hace además dando un claro paso adelante respecto a su anterior Dionisia Pop una colección de relatos fantásticos tan radical estilística y temáticamente que pese a ser claramente un producto de género se las apañó para practicamente ofender personalmente a alguno de los "críticos" (ejem...) más "clasicistas" (rancios) del mundillo (algo que es intrínsecamente bueno, sobra decirlo). Y es normal, decir que Dionisia es un libro críptico es quedarse corto. Pensad en un Alan Moore, o un Warren Ellis en pleno subidón de algo poco legal, sumadle las atmósferas retorcidas de unos tool y la agresión directa de unos Stooges y tendréis algo que se situa en el mismo espacio que Dionisia Pop (Qué estupendo título, por cierto). Obviamente no en nivel de calidad, no olvidemos que hablamos de una primera obra, una poderosa, excitante y arriesgada primera obra, pero imperfecta por definición. Y que nadie se extrañe de estas referencias, no hay que olvidar que Fco. Javier Pérez es también guionista de cómics, y ha ejercido más que ocasionalmente de músico punk, y todo eso supura en su obra escrita.

"William Burroughs y Orson Welles y Layne Staley y Robert Anton Wilson y yo hacíamos surf en la costa del País Vasco"

Antifuente, decía, supone un paso adelante. Los relatos han ganado no en claridad, pues siguen siendo complejos collages de pop abisal, celebración pulp y hálito visionario (por nombrar alguna influencia literaria, Robert Anton Wilson, Aleister Crowley, Ballard, Dick, Palahniuk y gente de esa calaña son los primeros que vienen a la mente) que requieren esfuerzo para ser traducidos. Pero si en Dionisia estos collages estaban al desnudo, en Antifuente aparecen recubiertos de una capa más, digamos, narrativa. Siguen siendo complejos, pero más amables con el lector sin suponer ninguna concesión, pues también es Antifuente mucho más personal que Dionisia. Imposible leer "Ciclo necrófilo" o "Reyes de Marte" y no pensar que el autor habla de cosas que seguramente conoce demasiado bien.

La agresión pura de dionisia es más sutil en Antifuente, y oculta cosas. Siguiendo con el símil musical, los Stooges darían paso a algo más en plan aquella versión que Ministry hicieron del Lay lady lay dylaniano, en la que un entramado saturado y sucio y una letra rugida más que cantada ocultaban una preciosa canción de amor. Fco Javier Pérez recubre preocupaciones personalísimas con un estilo recargado y retorcido al servicio de historias con la bella durmiente, ninjas, bestias lovecraftianas, bluesmen sureños, enfermos de alzheimer (FFW // REW, el relato que abre Antifuente es una obra maestra emocionante y sugerente), Ava Gardner dando a luz a una bestia godziliana, slashers que se aparean y visiones de pesadilla ballardiana de la semana santa. Antifuente engaña, y lo que cuenta no es lo que transmite. Y aunque obviamente no es literatura para todos los públicos (no creo que pretenda serlo) es literatura ideal para amantes del riesgo sin miedo a lo desconocido y con ganas de complicarse un poco la vida si al final compensa.

19.1.10

Trailer novelesco

Cada vez viene siendo más habitual que editoras y autores promocionen sus nuevos lanzamientos literarios con trailers más o menos cinematográficos, hay ya varios casos. Lo que no es tan habitual es que estén realizados con tanto gusto y resulten tan sugerentes como este primer trailer de Los Muertos, primera incursión novelesca del ya mentado por aquí Jordi (o Jorge, según el día) Carrión. (web, blog, twitter). Faltan exactamente 30 días para que Mondadori saque a la calle el libro en cuestión, y habiendo leído algún capítulo suelto por adelantado (y el resto de la obra de Carrion, que aunque sean, en principio, libros de viajes emanan aromas de western, cuento de fantasmas o historia de aventuras pura y dura según la página) no dudo en apostarme el bazo y un par de meñiques a que va a molar. Sobremanera.



Bienvenido. (Los Muertos 1 de 4) from Sergio Espín aka 3eses on Vimeo.

30 días. En esta casa esperaremos el final de la cuenta atrás con impaciencia.

15.1.10

Aprendiendo a leer con Doctor Who (II)


¿Dónde nos habíamos quedado? Ah, sí, dos acompañantes del Doctor, dos visitas a escritores ilustres. El patrón está claro, así que el último encuentro de nuestro protagonista con un autor famoso tendría que esperar a que Donna Noble, la simpar Donna Noble se convirtiera en residente de la Tardis. Y si algo distingue este capítulo de los comentados en el anterior post es la personalidad de Donna, que impregna un episodio que por lo demás cumple a rajatabla con el esquema fijado en los susodichos capítulos.

La estrella invitada, habría que decirlo, es Agatha Christie. Agatha Christie en el día en el que desengañada al descubrir las infidelidades de su primer marido desapareció dejando su coche junto a un lago para ser encontrada tres días más tarde en una habitación de hotel a nombre de la amante de su esposo y con una amnesia que le impidió explicar qué había ocurrido durante esos días. Y aunque se sospechó que dicha desaparición respondía a una maniobra publicitaria nunca se pudo demostrar (hasta donde yo sé, al menos), y aquí es donde llega el Doctor a arrojar luz fantástica sobre un suceso real en el episodio probablemente más divertido de todos los dedicados a escritores.

Siguiendo con la doctrina del "si vas a hacerlo...", no pueden faltar en un capítulo con tal estrella invitada una casa en la campiña británica con varios visitantes todos los cuales esconden secretos, un asesinato, un trabajo detectivesco desempeñado por una señora con gran poder de deducción y una resolución en la que con todos los personajes reunidos la investigadora señala uno a uno a los sospechosos, desvelando sus secretos, para únicamente dar con el culpable al final del discurso. Como una Ms. Marple cualquiera.

Y aparte de los comentarios de Donna (burlándose de todo el caso, "Hay un asesinat, un misterio y Agatha Christie. ¿Qué va a ser lo próximo? ¿Charles Dickens rodeado de fantasmas... en navidad?") y lo tremendamente cómico que resulta verla comiendo palomitas durante la exposición final de Christie, hay un par de cosas que hacen especial este capítulo en tanto a la relación que mantienen el Doctor (y sus guionistas) con la literatura. A saber: Esta vez el malo en cuestión no sale de la obra de la estrella invitada, sino de una de las portadas de su libro. Una portada (ahí a la derecha) cuasi pulp, con una abeja en primer plano que parece tan grande como el avión al que parece dispuesta a atacar. Parece una chorrada, pero es una toma de postura, queda claro cuando en un momento dado el Doctor y la escritora plantean como de pasada una diferenciación entre alta literatura y literatura popular, e insinúa el complejo de inferioridad de la segunda respecto a la primera. El Doctor (y sus guionistas con él) se posiciona: La literatura popular vivirá siempre, sobre todo si está escrita de corazón, por mucho que el prestigio crítico apueste por otras obras.

Y aunque uno podría pensar que sí, que vale, pero en los otros capis los invitados eran Shakespeare y Dickens, casi imposible encontrar autores más universalmente reconocidos, prestigiosos y críticamente aclamados, no debemos olvidar un par de cosillas: Dickens escribía folletines, literatura barata en entregas para los que no podían pagar un libro completo, y Shakespeare no dejaba de ser un actor ambulante que se ganaba la vida intentando entretener a la gente por los pueblos. Ambos fueron en su origen, por decirlo de alguna manera, autores al servicio de la gente, no al servicio de los críticos hipercultos. Autores populares, a ras de suelo. Exactamente lo que representa Christie en este episodio. Y eso es, precisamente, lo que siempre se ha defendido y defenderá en esta casa: Hay que leer libros para divertirse, no para presumir de haber leído porque uno es así de culto, por decirlo en bruto. Hay muchos matices que aplicar, pero creo que queda claro lo que pretendo decir. Y además supone una declaración de intenciones sobre la serie en sí: No nos importa que todo esto parezca algo deslavazado, que no todo encaje a la perfección, estamos aquí para divertir a la audiencia, no a los críticos. Y donde no lleguen los efectos especiales, repito, llegará el Sense of Wonder. Que no se paga con dinero.

Y si a lo largo de estos capítulos los guionistas de Doctor Who nos han confesado que les encanta leer porque son unos enamorados de la palabra y además es divertido hacerlo, no hay mejor manera de culminar el asunto que homenajeando directamente al fetiche último de la literatura: El libro.

"Books! People never really stopped loving books" son las primeras palabras que el Doctor pronuncia en "Silence in the library", primera parte de un díptico que completará "Forest of the dead", un combo de dos capítulos que conforma una de las cumbres de esta serie. Ambientada en el paraíso del lector: Lo más cercano a la Biblioteca de Babel, aquella biblioteca infinita imaginada por Borges que contiene todos los libros escritos, por escribir e incluso no escritos, todos los libros posibles en resumen, la mejor representación de dicha biblioteca, decía, que jamás se haya filmado. Aquí no es infinita, pero poco le falta, viene a ser un planeta entero destinado a contener y conservar todo libro jamás creado. Todo libro merece ser leído, nos dicen los guionistas (Steve Moffat en este caso, más en casa de Thursnext al respecto). Por eso no hay peor enemigo que la oscuridad. En la oscuridad no se puede leer.

Y aunque podríamos comentar las reflexiones sobre los spoilers, o hablar de la inspiración a medio camino entre Dick (reverenciado en esta casa) y el cyberpunk (subgénero muy disfrutado en esta casa, también) de la trama, creo que queda clara la idea que quieren transmitir los responsables de la serie respecto a la lectura entendida como un acto de puro placer, así que lo mejor será dejarlo aquí.

Porque creo que he cumplido mi objetivo: Creo que tengo algo más claro por qué Doctor Who me fascina como lo hace.

Aprendiendo a leer con Doctor Who (I)


Uno de los temas de conversación recurrentes cada vez que servidor se encuentra con ese ente conocido en nuestro plano como Higronauta (a quien, vaya por delante, va dedicado este post de resurrección) es Doctor Who. Más concretamente: ¿Por qué coño funciona tan bien esta serie? ¿Cuál es el secreto? No logramos ponernos de acuerdo. Tal vez (espero y deseo) este Doctor Who Bloggers day arroje algo de luz sobre dicho misterio, tal vez no, el caso es que servidor iba teniendo mono de escribir chorradicas por estos lares, y qué mejor excusa para convertir este blog muerto en un blog zombi que aunar en un post dos de mis vicios más oscuros: Doctor Who y la literatura.

Imagino que debe ser complicado escribir una serie sobre un señor que viaja por el tiempo y evitar la tentación de salpicar los episodios ambientados en el pasado con personajes históricos ilustres, todo parecen ser ventajas (salvo el hecho de que es un recurso demasiado fácil...), y los de Doctor Who no iban a ser la excepción. Pero no deja de ser revelador que el primer personaje de este tipo con el que se cruza el Doctor en su actual etapa sea un escritor. Y esto ocurre prácticamente al principio, en el tercer episodio, con Cristopher Ecclestone empezando a cogerle el tranquillo al personaje y Rose Tyler como acompañante. Es un episodio importante, aunque la serie aún no ha acabado de coger el tono se va acercando a pasos agigantados, y aparece por primera vez Cardiff, un pueblo que será de gran importancia más adelante. Y aparece Charles Dickens.

Es difícil evitar la tentación, pero es que a veces es mejor no hacerlo, y en ese sentido este episocio (The Unquiet Dead, por cierto) define perfectamente la actitud con que Rusell T. Davies enfocó la serie en su recién finalizada etapa: Si vas a hacerlo hazlo a lo grande, y donde no lleguen los efectos especiales llegará el sense of wonder. Y si tienes que sacar a Dickens en un capítulo, lo ambientas en navidad. Luego le subes a un escenario a que explique una de sus historias más míticas (el inmortal cuento de navidad de Mr. Scrooge), y para terminar haces que la historia sea de fantasmas. Con un par.

Todo el capítulo está montado alrededor de la obra de Dickens, algo que será una constante en los tres episodios con escritor famoso de estrella invitada. Desde ese Dickens casi al final de su vida, desencantado y amargado cual Scrooge que durante el capítulo recibirá la visita de tres fantasmas (el del pasado, esa fan-zombi-poseída que interrumpe su relato, el del presente, el ser fantasmal de otra dimensión que pretende invadir el mundo, y el del futuro, ese señor tan raro que viene del futuro con su amiga en una caja azul) que le harán recuperar la alegría de vivir, hasta las menciones explícitas a su obra ("Ese cuento suyo de fantasmas, el de los trenes, es el mejor cuento que jamás se ha escrito"), incluso referencias más oscuras : "Mate a la pequeña Nell" le suelta el Doctor a Dickens en un momento dado. La mayoría de obras de Dickens se publicaron en forma de folletín por entregas, eran literatura eminentemente popular, y el autor era un maestro de lo que hoy conocemos como cliffhanger. Tenía multitud de lectores fanáticos a ambos lados del océano. Tan fanáticos que sus lectores americanos acudían en manadas al puerto a recibir al barco que traía una nueva entrega de sus novelas. "¿Ha muerto la pequeña Nell?", preguntaban a gritos al barco según se acercaba durante la publicación de La vieja tienda de antigüedades...

Pese a lo dicho antes sobre un momento en que la serie aún está buscando su punto, hay tanto amor en la realización de este capítulo...

No sería hasta la tercera temporada, ya con David Tennant derrochando carisma y vitalidad, que el Doctor volvería a encontrarse con un escritor. Sería en The Shakespeare code (segundo episodio de la tercera temporada), otra vez el primer viaje al pasado de la nueva acompañante del doctor, la vivaracha Martha Jones.

¿Shakespeare? Bueno, si vas a hacerlo...

No es solo que el capítulo comience con un Romeo tocándo una serenata a una Julieta que en un momento saltará de obra para convertirse en una de las tres brujas de Macbeth para anunciar mirando a cámara que ella y sus dos madres (ocupadas en comerse a Romeo) están completamente decididas a destruír (¿quién quiere conquistar si puedes arrasar?) la tierra, ni que el argumento gire alrededor de una de las obras perdidas de Shakespeare (se sabe que escribió dicha obra, pero no se conserva ninguna copia), ni siquiera que éste hable de su hijo muerto Hamnett y diga "To be or not to be" en un momento dado. Ni siquiera que hagan un par de chistes sobre J. K. Rowling. Aquí el homenaje, la carta de amor, casi, va un paso más allá, y va dirigido a la misma esencia de la literatura. A la estructura y a las palabras, al meollo de la cuestión. 14 son los versos de que consta un soneto, y 14 es el número clave para resolver el problema en el capítulo. 14 y palabras, porque las "Palabras mágicas de la excitada mente del dramaturgo" son lo que necesitan las brujas para cumplir con su plan, "El sonido adecuado, la forma correcta, el ritmo perfecto, palabras que perduran para siempre", le dice el Doctor al autor. Un soneto salva al mundo. Los guionistas de Doctor Who aman la literatura.

El post está quedando eterno, así que de momento lo dejaremos aquí. Esta tarde, salvo imprevistos, la segunda. Mientras tanto, si no lo han hecho ya, no dejen de disfrutar de este Doctor Who day que nos hemos montado porque sí leyendo:

Además, en algún momento de esta semana aparecerá el episodio dedicado a Torchwood de Llámame Romario.


ACTUALIZACIÓN: Segunda parte del post subida, pinche aquí si ha conseguido leer hasta este punto.